La entrada empieza con la mejor forma posible: una foto genérica. Estoy seguro de que hasta alguno de vosotros la habréis visto en alguna otra página web para cualquier tipo de artículo (depresión, el Madrid perdió contra el Barcelona, alguien le pisó un pie…). Tampoco es mi culpa, todas las fotos de este blog existen gracias a Google. No es que sea muy original, pero oye, incluso va bien para lo que vamos a hablar hoy.
¿Y de qué vamos a hablar? Pues de algo que me ha pasado escribiendo cada una de las casi 30 entradas que tiene esta página web. O puede que ya tenga más de 30, yo que sé tampoco las voy a contar. Pero creo que puede que esto ya tenga más de medio año y vamos a celebrarlo contando mis movidas mentales.
Que en resumen se podría decir que cada vez que escribo cualquier cosa, lo vuelvo a leer y pienso "Mierda, esto parece escrito por un niño que acaba de aprender cómo poniendo dos palabras juntas formas una frase" y lo vuelvo a escribir todo de nuevo. O trato de alargarlo más porque creo que la explicación ha quedado corta o que la propia entrada es diminuta.
Nunca estoy satisfecho con nada de lo que escribo, de hecho si repaso hoy alguna reseña de hace meses (o incluso días) voy a pensar "¿Cómo pude publicar algo así y seguir siendo feliz?" E incluso podría cambiar algo para que mi yo de ahora piense "Está un poco mejor" pero tranquilos, porque de aquí una semana volvería a leer lo que acababa de cambiar y me seguiría sin gustar. Es un bucle de pensar que todo lo que sale de mi mente es igual a lo que me sale por el culo: mierda.
Pero no me pasa solo con mis escritos, me pasa absolutamente con todo. Todos los dibujos que hago los veo y pienso "¿A quién le va a gustar esto? Si está hecho de forma superpobre". A veces, por ejemplo, dejo de dibujar meses porque no me siento conforme con lo que hago y deseo tener unas manos más hábiles.
Luego comparo lo que escribo, dibujo o lo que sea con otras personas y pienso "Pues lo suyo está mucho mejor, esta reseña parece hasta de un profesional". Por ejemplo, con cualquier reseña de Letterboxd me pasa. Bueno, excepto las que están en inglés, porque a mi mente le da una pereza tremenda el traducir y me las salto.
Sé que es normal en los artistas, nunca están satisfechos con sus trabajos, siempre ven errores. Pero no es que vea un error, es que todo me parece un error. Me gustaría tener un poco más de fe en mí. No es que no funcione el apoyo de otros, de hecho es lo que más ayuda que continúe con cualquier cosa, es solo que a veces me cuesta creer cualquier halago hacia mi persona.
En resumen, hacedme un favor y apoyad a vuestros artistas favoritos haciéndoles llegar vuestro amor por su obra. Y regaladme una máquina recreativa ¡No me miréis así! Puestos a pedir, pues lo intento. Algún día tendré una para jugar tan solo al Zombies Ate My Neighbors, mejor juego de la historia.
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